ARCÁNGEL EZEQUIEL

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Junto con la Señora Amatista, Ezequiel o Zadquiel, tiene su Templo de la Transmutación en un punto etérico en América Central, sobre la isla Cuba. Para este lugar son traídos todos los humanos que desean ardientemente purificarse y dedicarse por entero a la causa de la Libertad para la Tierra y para libertar todas las formas de energías negativas. Junto con Ellos están todos los Ángeles del fuego Violeta que trabajan continuamente socorriendo e irradiando con este Rayo de Transmutación a todos los seres que desesperadamente, cuando se dan cuenta de la necesidad de perdonar llaman por la ayuda del Rayo del Perdón.

El nos dice: Estoy honrado en pertenecer al Séptimo Rayo. Junto con todos mis hermanos Arcángeles irradiamos para la Tierra el Rayo de la Salvación para la Nueva Era. Fui preparado, juntamente con Doña Amatista, por muchas y muchas eras para poder precipitar sobre toda la esencia de vida que lo solicitar, la energía curadora del perdón. Mi Complemente Divino me ayuda con las purísimas amatistas que se encuentran en todo el mundo, y que, así como previsto por el Plano Divino fueron encontradas y descubiertas por las personas ciertas en la hora cierta. Siempre supimos que el valor de los cristales, eses seres especiales formados por el gran trabajo de los elementales en el interior de la tierra, no era material, pero su aparición significó el comienzo para que las admirásemos en su extraordinaria belleza y quisiéramos tenerlas cerca. Ahora llegó la hora de valorizarlas por lo que ellas son: inestimables en su valor de sanación. La sanación es un proceso que ocurre de adentro paraa afuera y los cristales procesan con una rapidez mayor esta cura cuando están en sintonía con la naturaleza. Por esto la amatista es tan importante para traer el perdón, la humildad, la cura. En otras eras Yo tenía a mi cargo formar los Sacerdotes y Sacerdotisas que estuviesen aptos para entrar en la Orden de Ezequiel y poder llevar el conocimiento del Fuego Sagrado al corazón de todos los seres humanos. Esta orden estuvo herméticamente cerrada al hombre mundano, preparando a lo largo de las encarnaciones a los que ahora están prontos y se encuentran en el Trabajo Devocional y Ceremonial del Séptimo Rayo. Los sacerdotes y Sacerdotisas de la Era de Acuario. Son ellos los que se encargan de llevar las palabras de fuerza y de conocimiento del perdón para la Nueva Era. A través de rituales y ceremonias, que aunque son lindas no alcanzan todavía la belleza que tendrán cuando el Rayo Violeta esté actuante plenamente, estos seres tocan el corazón y la mente de sus hermanos y orientados por nosotros facilitan la abertura de los caminos de la luz despertando nuevamente la fe en el corazón de los seres sufridores y que les muestran que es posible que se crea en uno mismo y se muestre nuevamente el brillo y la fuerza de la Perfección de Dios. 
Ahora, quiero dejar mi orientación para cada uno: Hagan diariamente las invocaciones para la Transmutación del Carma de la Tierra. Háganlas siempre en el mismo local y a la misma hora para mantener el ritmo. Hagan cuantas veces puedan la Invocación de Perdón. Durante las tareas diarias, en el día a día, mentalicen siempre un Rayo de Luz Violeta envolviendo toda la Tierra y repitan siempre:

YO SOY LA PERFECCIÓN EN LA TIERRA. 
YO SOY
YO SOY
YO SOY

Así como yo, tendrán siempre el auxilio de Doña Amatista. Ella tomó para sí misma la tarea intransferible de la disolución de todo el mal. Es Suyo el Poderoso Rayo de la

Misericordia que junto con la Bien Amada Kwan Yin dejan caer sobre la Tierra. Invoquen para que este Rayo Misericordioso pueda entrar en el corazón de todos los gobernantes del planeta. Que los mismos se den cuenta de la responsabilidad carmica que causan para sí mismos cuando se comprometen en proyectos por el bien de la humanidad y no los cumplen. Invoquen por la Misericordia de Amatista y Kwan Yin para ayudar las personas que están sufriendo por la ignorancia que lleva a la miseria. Visualicen siempre una amatista en el corazón de cada ser vivo. YO SOY Ezequiel, el Arcángel de la Transmutación”.

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